Valdeluz, ciudad fantasma, en Le Monde
Los que estén preocupados –entre otras cosas– por la evolución del urbanismo asilvestrado en España pueden respirar tranquilos: lo suyo no es un caso de paranoia u otra enfermedad mental. O, si lo es, se ha extendido al extranjero. Recientemente hemos leído este artículo en Le Monde sobre Valdeluz, ese lugar en medio de la nada cerca de Guadalajara, donde se ha construido una estación para el AVE Madrid-Zaragoza-Barcelona. El artículo se puede entender aunque no se sepa mucho francés, aunque para aquellos a los que no se les den bien los idiomas hay también terribles fotos del lugar.
Ya sea en tono de denuncia periodística o de noticia sobre la actualidad judicial, raro es el día en el que no aparece algo en algún periódico con el «urbanismo salvaje» como asunto principal. Ayer fue, de nuevo, El País, que parece tener cariño especial por las costas españolas (y está bien que así sea); en este caso, y con el hotel incrustado en la playa almeriense de El Algarrobico de fondo, José Luis Barbería escribe sobre la corrupción política y su extensión en la sociedad.
Todo esto podría hacer pensar que algo se está moviendo en España y fuera de ella, y que las denuncias continuas y la actuación de unos y otros conseguirán que reflexionemos sobre nuestro modelo de desarrollo urbanístico, de modo las costas y los campos que todavía nos rodean no sufran el hasta ahora habitual proceso de acoso urbanístico. Ojalá que así sea.