No os preocupéis, ya lo recojo yo mañana…

Publicamos la versión en castellano del artículo que Zaloa Basabe ha escrito en euskara en la web Nontzeberri. Muchas gracias por enviarnos la traducción y permitirnos publicarla.

Paisajes después de la batalla

¿Quién no ha deseado después de hacer una cena en casa y levantarse al día siguiente y encontrarse con los restos en la cocina, volver a meterse en la cama? Poner la radio, echarte en la cama sin taparte y volver a levantarte con el olor a café recién hecho en tu cocina limpia. “No os preocupéis, ya lo recojo yo mañana, ahora es tarde y todavía tenéis que volver hasta casa”. ¿Por qué siempre decimos la misma frase? La casa vacía, llena de restos que sin el parloteo de la noche no tienen sentido. Copas con posos de vino, platos apilados con comida, cubiertos manchados, el mantel y las migas de pan. Un paisaje cotidiano después de una mini batalla. ¿Qué pasaría si mi casa no fuera nunca a ser como antes, si después de cada cena y de cada visita la suciedad fuera irreversible? ¿dónde desayunar en pijama cuando no reconocemos ya nuestra cocina y el pasillo es un campo de minas para nuestros pies descalzos?

6.000 km.org firma la exposición “Paisajes después de la batalla”. Noches de vino y rosas en la larga cena de los especuladores. Excesos de hormigón y de asfalto seguidas de resacas devastadoras de espacios vacíos. Autopistas, canales, presas, cementerios de residuos, centrales nucleares y proyectos de trenes de alta velocidad… fotografías panorámicas que cubren las paredes del Centro de Arte Contemporáneo de Huarte. Infraestructuras gigantes que entran en el museo no por su contribución al mundo artístico, si no de la mano de Basurama, que sí que echa mano de la creatividad para reflexionar acerca del por qué y la utilidad de los residuos generados. Cartografiar el consumo del territorio y mostrarlo es el objetivo de esta exposición. Espectador y fotografía se encuentran en escala desigual; aunque la fotografía ocupe la pared entera nunca antes nos habíamos encontrado, de un solo golpe, frente a la enorme y siniestra Central Nuclear de Lemoiz. Mirándola cara a cara parece que no la hubiéramos visto antes. El pantano de Itoiz, silencioso y quieto es ante nuestros ojos tan real que asusta. Urbanizaciones vacías a pie de playa, cementerios de neumáticos… viajando en coche parece que los dejamos atrás. Pero ellos se quedan. Para siempre. Pensábamos que con mirar para otro lado era suficiente. 6.000 km.org lo ha fotografiado para que permanezcan como una cicatriz en nuestra retina.

Ayer lo pasamos bien, pero la última botella sobraba. Cuando la abrimos no sabíamos que mañana llegaría tan pronto. La bolsa de basura está hasta arriba, apretarlo todo para disimular no ha servido de nada. La bolsa se ha roto por un lateral vomitando su asqueroso contenido por el suelo. Ahora todo huele mal. Me dan ganas de cerrar la puerta y marcharme corriendo.

Textos de David Harvey, Jorge Reichmann, sentencias que llegan tarde, informes de impacto … los ojos saltan del texto a la fotografía en el silencio de la sala de exposiciones. Los espectadores resoplan y señalan con el dedo. La periferia nunca había estado tan cerca. El quitar los ojos de la basura no hace que desaparezca. Los residuos son el testimonio molesto de nuestros excesos. Los excesos son el testimonio evidente de nuestras carencias. El paisaje permanece cuando la vergüenza nos hace huir. Cuando nos marchemos los territorios vacíos nos darán la espalda… y empezarán una nueva vida.

Por Zaloa Basabe. Nontzeberri. 30.06.2011 (Artículo original en euskara)