Hotel de El Algarrobico
Datos
20 plantas
441 habitaciones.
En 2003 se obtuvo la licencia de obra para el hotel «El Algarrobico» y comenzó a construirse en una parcela que ya aparecÃa recogida como urbanizable en el Plan General de Ordenación Urbana aprobado para Carboneras en 1988. En 2004, el suelo volvÃa a aparecer como «Suelo Urbanizable» en el Plan de Desarrollo Sostenible del Parque Natural Cabo de Gata-NÃjar, aprobado por la Junta de AndalucÃa. Tras sucesivas denuncias, la Junta optó por declararlo «Suelo Degradado». En febrero de 2006 se paralizaron cautelarmente las obras, pocos meses antes de su finalización, al emitirse una sentencia contra la licencia de obra. Ese mismo año el Ministerio de Medioambiente comenzó el expediente de expropiación para poder derribarlo. Este expediente nunca ha podido ser llevado a cabo por estar el proceso judicial todavÃa abierto.
Más de 5 años después, las obras siguen paralizadas, a la espera de la decisión judicial final: las grúas no pueden ser desmontadas, los materiales se amontonan en su terraza, pudriéndose. El aparejador del edificio trabaja como vigilante de obra durante el dÃa.
El hotel se ha convertido en el sÃmbolo de la destrucción de los paisajes costeros de nuestro paÃs. La destrucción de la costa, sin embargo, es un proceso habitual desde que el turismo comenzó a ser la industria más importante para la economÃa española, hace más de 50 años. En ella han concurrido intereses económicos, polÃticos y sociales, que siempre han sido puestos por delante de valores ambientales, tal y como ha ocurrido en El Algarrobico. La corrupción, el tráfico de intereses y la prevaricación en este caso no son los factores más desoladores, si no la creencia de que puede existir un «desarrollo sostenible» que pasa por una «mÃnima y necesaria» destrucción de la costa. Es decir, por recortar la Ley de Costas, aprobada tan sólo en 1988 y rebatida desde entonces por distintos sectores. En la actualidad, aquella Ley está en un grave proceso de recortes que la despojan de su capacidad protectora de un bien común fundamental y básico como son las costas y los mares.
La playa del Algarrobico se llama asà porque en ella existe hace décadas un chalet que tiene un hermoso Algarrobo en su jardÃn. Éste y su gemelo están fuera de la ley: no respetan los 50 metros de la «lÃnea de costa». Como ellos, hay miles de edificios que no la respetan.
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