Cementerio de árboles. Parque Forestal Fuente Carrantona
Datos
Nº árboles 10.000 aproximadamente
Los humanos ocupamos el territorio que habitamos desplazando a unos “primos lejanos” biológicos llegados mucho antes que nosotros, y de los que descendimos literalmente: los árboles. La convivencia entre ellos y nosotros no ha sido fácil (sobre todo para los árboles), y toma un cariz perverso en la ciudad, el lugar habitual de residencia del ser humano en la actualidad. El árbol sobrevive a condiciones adversas mediante una labor no siempre reconocida: consumir dióxido de carbono y devolver oxígeno al aire.
Las necesidades cambiantes de los habitantes “móviles” de la ciudad obligan a llevar los árboles lejos de donde fueron plantados. Por este motivo se ha asignado en Madrid un lugar donde llevarlos: las 22 hectáreas del parque forestal de Moratalaz. Sin embargo, no está claro cuántos árboles son finalmente trasladados hasta allí ni cuántos de ellos sobreviven a ese viaje. En el parque, entre dos grandes vías circulatorias como son la M-40 y la autovía M-23, perduran unos 10.000 árboles en diversos estados de conservación. La ley de Protección del Arbolado Urbano de la Comunidad de Madrid prohíbe talar cualquier árbol y obliga a trasplantar los árboles salvo si “por razones técnicas dicho trasplante no es posible”. En este caso “podrá autorizarse la tala del ejemplar afectado mediante decreto del Alcalde singularizado para cada ejemplar, previo expediente en el que se acredite la inviabilidad de cualquier otra alternativa”. En ocasiones uno se pregunta cuál de las dos alternativas era la peor para el árbol.
En las obras de soterramiento de la M30 en Madrid, según datos del propio Ayuntamiento, se talaron unos 6.000 árboles y otros 3.000 fueron trasladados a este cementerio y olvidados sin saber si siguen vivos.