A vueltas con la Caja Mágica
Hace tiempo que escribimos este texto sobre la Caja Mágica de Madrid: El urbanismo mágico: megaproyectos en la era del despilfarro. Estábamos buscando el momento oportuno para publicarlo en la web. Coincidiendo con la publicación de la «estantería de 6000km» en bookcamping aprovechamos y lo compartimos. El texto vio la luz por primera vez en la Revista ciudades en junio de 2011, pero no estaba en ningún lugar disponible en Internet todavía. El texto toma homenajea en su nombre al libro de Llatzer Moix Arquitectura Milagrosa (Anagrama, 2010).
Que lo disfrutéis:
El urbanismo mágico: megaproyectos en la era del despilfarro
Patricia Molina Costa y Pablo Rey Mazón.
En estos tiempos de “arquitecturas milagrosas”, la Caja Mágica no es ni el más caro ni el más extravagante de los edificios construidos. Sin embargo, comparte con muchos de ellos la firma de un arquitecto estrella y la búsqueda de la espectacularidad a través de la forma y el uso de materiales singulares. Pero más allá de valorar la calidad del proyecto arquitectónico, trataremos de analizar, en este breve texto, en qué contexto nace y qué significa la construcción de una infraestructura como la Caja Mágica para la ciudad de Madrid.
La Caja Mágica tiene su origen en una instalación deportiva incluida en el Parque Lineal del Manzanares en la propuesta original del Plan General de 1985. Hacia finales de los años 90, cuando Bofill diseña el Parque, en el Ayuntamiento aún se debatía si la instalación debía dedicarse a un equipamiento local para el barrio de San Fermín, uno de los más desfavorecidos de la ciudad, o si bien debía dotarse de un carácter metropolitano e incluso formar parte de una posible candidatura olímpica. Finalmente, la Caja Mágica pasó a formar parte del proyecto para la candidatura de Madrid a los Juegos Olímpicos de 2012, decisión que, como veremos más adelante, ejemplifica a la perfección el modelo de ciudad por el que ha apostado el Ayuntamiento en la última década.